La isla corazón

¡Espacios para reconocer (y reconocernos)!

En lugar de un espacio público cargado de homogeneidad, que nos recuerda a la guerra de los clones, donde siempre hablan las mismas personas, de las mismas formas y nos sentimos en un bucle de contenidos, apostamos por la diversidad para inspirar otro modelo de participación. Las periodistas de la revista La Poderío nos animan a: “Ser flamencas, potentes y taconear bien fuerte para que retumbe el mundo”. Así que nos inspiramos en ellas para reivindicar esa idea de poderíos, así en plural, como una propuesta por asumir la capacidad de influir en el entorno desde formas plurales de habitar, pensar y expresar ¿Cómo lo hacemos? Vamos a explorar algunas estrategias que nos ayuden a reconocernos como sujetos con derecho a hablar y a ser escuchadas.


💜HABELAS, HAILAS
Las mujeres somos más de la mitad de la población y, sin embargo, parece que cuesta encontrarnos. Iniciativas como All male panels nos invitan a documentar paneles, conferencias, seminarios, eventos o bibliografías de artículos académicos con presencia exclusiva de hombres. Y, por desgracia: ¡No son pocos! Así que te animamos a mirar hacia el espacio participativo en el que te mueves y ponerte a contar: ¿cuántas participan en las asambleas u ocupan puestos de responsabilidad? ¿Cuántas utilizas como referentes? ¿Las echas de menos en algunas temáticas o grupos de trabajo? ¿O están sobrerrepresentadas en otros? Cuando tengas las respuestas, y si te faltan mujeres: ¡Búscalas que, como as meigas, habelas hailas! Investiga otros referentes, anima a que se ocupen de tareas visibles, facilita su participación, arrópalas para que se atrevan a hablar en las asambleas…

💜¡BUSCA OTROS REFERENTES!
Ya has escuchado, leído y visto a hombres blancos cisheteros del Norte Global por encima de tus posibilidades temporales. Es el momento de dar el salto y acercarte al conocimiento generado por mujeres, racializadas, del colectivo LGBATIQ+, con discapacidad, de los sures… Te abrirá un mundo de posibilidades y enriquecerá tu forma de ver el mundo a través de otras miradas.
¡Ah! Y no te olvides de visibilizar otras masculinidades más allá de las hegemónicas e impulsar referentes de niños y hombres diversos y que pongan los cuidados en el centro.

💜CUESTIONAR LOS PRIVILEGIOS (TAMBIÉN LOS PROPIOS)
¿Te acuerdas de la interseccionalidad? Pues déjate llevar por esta herramienta tan útil para repensar nuestra posición social en un contexto de dominación cisheteropatriarcal, capitalista, supremacista blanco, colonial o capacitista. ¿Cuán homogéneo es el espacio en el que te mueves? ¿A quién se escucha más? ¿Qué opinión acaba convirtiéndose en palabra de dios? ¿A quiénes aplaudimos cuando hablan pero no tenemos ni idea de lo que dijeron? ¿Qué temas ponemos en la agenda? ¿Qué referentes usamos en nuestras imágenes o discursos? ¿Qué libros utilizamos o recomendamos o en qué prácticas colectivas nos inspiramos?
Es probable que en las respuestas te encuentres que tú también eres cómplice de la reproducción de las desigualdades. Ser cómplice duele, pero piensa que duele más no existir, que no te tengan en cuenta ni que te escuchen. Así que contribuya a hacer el mundo más diverso y empieza a rellenar los vacíos.

💜EL PODER NO SE DISTRIBUYE SOLO
Aunque parezca mentira, la comodidad y la horizontalidad no sucede por arte de magia y es más que necesario intervenir en los espacios para redistribuir el poder. Nos viene bien retomar las palabras de la politóloga Jo Freeman para advertirnos del riesgo que conlleva la falta de estructuras que “se convierte en una cortina de humo para las fuertes o las afortunadas que establecen una hegemonía incuestionable sobre otras” (2017: 12). Os dejamos algunas ideas para dinamizar (¡pero os animamos a profundizar en el tema y a usar la creatividad!):

REPARTID LA PALABRA: Para que alguien hable, alguien tiene que callarse. Y, en la mayoría de las ocasiones siempre son las mismas personas las que secuestran la palabra mientras el resto asiste en silencio a sus monólogos. Para que esto no ocurra, se pueden repartir turnos o limitar las intervenciones en el tiempo.

FACILITAD LA INTERVENCIÓN: Atreverse a tomar la palabra delante de mucha gente puede suponer un infierno para muchas personas. No todo tiene que pasar por plenario y hay multitud de fórmulas para poder compartir opiniones. Se pueden crear grupos de diálogo pequeños, repartir y recoger tarjetas individualmente o pegar post-its en una cartulina. Utilizad la imaginación para que no queden reflejadas solo las posturas de siempre.

EVITAD LOS PROTAGONISMOS: ¡Un espacio donde se participa no es un grupo de colegas! Evitad los liderazgos individuales y los grupos cerrados de personas que se llevan muy bien y trabajan muy bien, pero dejan fuera al resto. Esto es difícil, pero apostad por los liderazgos relacionales, buscad fórmulas de escucha activa, diálogo y toma de decisiones por consenso, siempre que sea posible.

VALORAD CÓMO NOS SENTIMOS: ¡Que no entre el pánico! No hablamos de abrirnos en canal y dejarnos llevar por un torrente inagotable (e interminable) de emociones. Pero sí hablamos de darle importancia a lo afectivo y valorar cómo está yendo el espacio participativo que estamos desarrollando, cómo se sienten las personas que forman parte o cuáles son los sentimientos tras una reunión. Saber si las personas se han sentido cómodas y seguras nos viene bien para poner en valor lo que estamos haciendo bien y, en caso contrario, para poder corregir las carencias.

💜PONER ATENCIÓN A LO QUE SE DICE
En todo grupo hay (o debería haber) personas distintas y, por tanto, habrá diversidad en las formas de comunicarse y de expresar los deseos, dolores y necesidades. Intenta poner atención a lo que se está diciendo y no a cómo se está diciendo, te sorprenderás de que la persona que está nerviosa, es más emocional o que tiene problemas para explicarse también tiene cosas interesantes que decir.

💜EXISTEN DIFERENTES SABERES
No os quedéis solo con los conocimientos profundamente técnicos, hay personas que pueden aportar mucho desde su experiencia, aunque no tengan un gran vocabulario o puedan utilizar grandes referentes teóricos.

💜APRENDER ESCUCHANDO
Y cuando decimos escuchar, nos referimos a considerar sujeto a las personas que nos están hablando y prestar atención a lo que están diciendo. Parece fácil, pero no lo es tanto, especialmente cuando provienen de los grupos oprimidos. Promoved una actitud abierta e intentad evitar la condescendencia y no reaccionar desde la negación. Recoge lo que te dicen, piensa y reflexiona, aclara aquello que te genere dudas y disponte a aprender. ¡Y recuerda! Las personas de colectivos oprimidos no son homogéneas y tienen intereses, preocupaciones y necesidades que van más allá de su opresión (que, por cierto, no tienen la obligación de explicarte en todo momento).

💜 CONFRONTAR COLECTIVAMENTE LAS VIOLENCIAS

Si se hacen comentarios machistas, homófobos, racistas… no los paséis por alto ni dejéis sola a la persona que se ha sentido violentada. Llevad el tema a la siguiente reunión o, si ha sido en medio de una, parad y explicad por qué se para. Siempre apelando a lo colectivo y no dejando la responsabilidad en las personas vulneradas. No hablamos solo de insultos o chistes, sino de todos esos comentarios condescendientes, expresiones que restan legitimidad o miradas cómplices entre quienes ostentan los privilegios (¡todas sabemos identificar sin que lo digan en voz alta ese ¡qué pesadas! o ¡ya están con este rollo otra vez!).

💜 DISFRUTA INCOMODANDO
Las mujeres nos hemos socializado en que tenemos que agradar y complacer (¿como si no se explica que aguantemos media hora sonriendo y asintiendo mientras nos sueltan unas chapas tremendas?). Y este deseo de contentar a quien te escucha es más fuerte en mujeres de clases bajas, racializadas, migradas y todas las que se van alejando de la normatividad, de las que también esperamos mayor amabilidad y agradecimiento. En otras palabras, la expectativa de sumisión y silencio se va acrecentando en consonancia con la opresión.
Así que ha llegado el momento de disfrutar estropeando el ambiente cuando señalamos las distintas formas de dominación que experimentamos (y de dejarnos de culpabilidades). Y, obviamente, de aceptar ser incomodadas cuando son nuestros privilegios los que son identificados. Como nos enseña la pensadora y escritora bell hooks (¡entre otras tantas cosas que nos hacen revolvernos en nuestras sillas mientras la leemos!), no se puede desafiar al poder y buscar su aprobación al mismo tiempo (2022:36):
“Debemos hablar con alguien, no solo a alguien. Al escuchar las respuestas, entendemos que nuestras palabras actúan para resistir, para transformar, para emocionar… Mantener un mensaje liberador es difícil en una cultura de consumo donde nos hacen creer que el valor de nuestra voz no está determinado por hasta qué punto cuestiona o permite la reflexión crítica, sino por si gusta o no (o a veces por si nosotras gustamos o no)”.

¡EXPLORA LOS MALESTARES!

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Disponible en castellano y en euskera

Ilustraciones: @Rosi.Agua


Subvenciones para proyectos de promoción de la igualdad de mujeres y hombres a
entidades sin ánimo de lucro de la Diputación Foral de Bizkaia

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