La isla corazón

¡Abrazar la ternura!

Sabemos que nuestra condición de cuerpo conlleva ciertos malestares a la hora de habitar lo público, entonces, ¿qué podemos hacer al respecto? Vamos con algunas resistencias contra la normalidad!


💜 ¡DUERME LA SIESTA!
Esta no la viste venir, ¿eh? Pero, ¿cómo es posible que una cabezadita sea revolucionaria? Itxi Guerra reivindica esta estrategia radical para nuestras vidas alegando que, cuando dormimos la siesta, no estamos ni consumiendo, ni produciendo. Es decir, es un tiempo que ganamos a un sistema capitalista hiperproductivista que exprime, desgasta, agota nuestros cuerpos. Es un momento que nos dedicamos, donde nos mimamos y recuperamos energías para seguir hacia adelante, para afrontar las violencias y seguir haciendo activismo. ¡Así que ya sabes! ¡A dormir se ha dicho!

💜 ¡EXPLORA LAS VULNERABILIDADES!
Somos frágiles, interdependientes y vulnerables. Aunque se harten de decir lo contrario, esto es así, está bien y tenemos que ser conscientes de ello para poder sostener(nos). Sin embargo, las relaciones de poder pueden hacer que nuestras vulnerabilidades se conviertan en discriminaciones. A veces, no somos conscientes de cómo nos afectan, otras (la mayoría), no somos conscientes de cómo afectan a otras. Por eso, es importante que te preguntes qué privilegios y qué opresiones te acompañan en tu habitar lo público. Puedes cuestionarte:
¿Te han parado de camino al espacio para pedirte la documentación ¿O has sido tú la que ha tenido que parar para poder tomar fuerzas antes de seguir? ¿Te han gritado alguna babosada? ¿Te encuentras barreras físicas a la hora de acceder? ¿Estar tanto tiempo sentada hace que te duela la espalda? ¿O tal vez no puedas sentarte porque las sillas son demasiado estrechas? ¿Se te está clavando el aro del sujetador? ¿Estás cansada, hinchada y te duelen los ovarios? ¿Tu cuerpo se está quedando sin energía? ¿Vienes reventada del curro? ¿O es la crianza? ¿Estás nerviosa porque te toca hablar y no puedes prestar atención? ¿Necesitas ir al baño a menudo y no siempre hay uno cerca? ¿O lo encuentras, pero ninguna de las dos puertas encaja en tu género? ¿O, simplemente, te da vergüenza moverte por la sala? ¿Dudas dónde dar de mamar a tu criatura? ¿O eres tú la que no quieres comer en público? ¿La gente te toca el pelo sin permiso? ¿O te prejuzga por el trozo de tela que lo cubre? ¿O tal vez son tus tatus, tu tinte de pelo, tu forma de vestir? ¿O es tu acento? ¿Te hacen comentarios personales que te incomodan? ¿Te han “ayudado” sin pedirlo? ¿Sientes que hay demasiada luz, demasiado ruido, demasiada gente? ¿No puedes acceder a los textos porque no están adaptados a tus necesidades auditivas, cognitivas, motoras, oculares?

Tal vez te resuenen algunas preguntas, en otras ni habías caído y seguramente eches en falta más, por eso es importante analizar cómo son los espacios que frecuentamos y, sobre todo, cómo los experimentan quienes nos acompañan.

💜 ¡HABLA DESDE, SOBRE Y POR EL CUERPO Y ABRAZA LOS AFECTOS!
Muchas veces los cuerpos anormales están tan marcados, que desean el poder de la invisibilidad. Y esto es algo que hay que respetar. Pero, también es importante crear espacios seguros para que, quien se vea con fuerzas, pueda hablar de los dolores que sufren y de los gozos que desean. Siempre, siempre desde los afectos y ¡ten presente que compartir los malestares sirve para darte cuenta de que no estás sola en esto!

💜 ¡ESCUCHA!
Escucha y hazlo de forma activa. En algunas ocasiones, te verás reflejada en conversas y verás que ese dolor que tienes ahí no solo es cosa tuya. En otras, descubrirás malestares que no te afectan y de los que, tal vez, formes parte. No pasa nada, esto es un aprendizaje continuo y, queramos o no, todas contribuimos a mantener un sistema de dominación u otro. La cosa es aprender (o desaprender). Eso sí, recuerda que tus compas están haciendo un gran ejercicio de generosidad al compartir sus dolores, a partir de ahí, podrán y/o querrán hacer pedagogía o no. Agradece su esfuerzo y respeta sus límites.

💜 ¡POLITIZA TUS VULNERABILIDADES Y QUE VIVA LA PLUMA DISKA!
Exteriorizar los dolores no solo es un ejercicio de desahogo (que también), es un ejercicio de problematización: ponerles nombre, sacarlas de lo privado, detectar las violencias sistémicas, buscarnos y encontrarnos. De nuevo, nos vamos con Itxi Guerra y la necesidad de “asumir mi cuerpo como vulnerable, cansado, dinámico y a veces doloroso” (2023: 85). Un grito a reapropiarnos de los cuerpos tal y como son, a no querer sanar los cuerpos que se marcan como estropeados. La pluma diska es una reivindicación del orgullo anticapacitista y también una llamada a la alianza de todos los cuerpos anormales.

💜 ¡(RE)APRENDE!
Llega el momento de aprender, desaprender, reaprender. Recuerda que tus compas (aunque a veces lo parezcan) no son pozos infinitos de sabiduría. Así que pregunta, claro, pero con moderación y respeto. Llevamos hablando rato de que los cuerpos se cansan, así que no seas tú la cansina. Busca libros en tu biblioteca pública o en tu librería de barrio, pregúntale a DuckDuckGo (ya sabes, un navegador como Google pero sin entrar en 1984 cada vez que buscas información) por activistas, artículos, artistas, asambleas, blogs, canciones, documentales, entidades, foros, guías, novelas, memes, películas, podcast, series, tebeos o videojuegos. Y, si no sabes por dónde empezar, en este texto encontrarás un buen puñado de recomendaciones, después, ¡sigue las miguitas de pan!

💜 ¡CREAD ESTRATEGIAS PARA HACER LOS ESPACIOS MÁS HABITABLES!
Vale, ya tenemos la consciencia, las alianzas y la información. Si has llegado hasta aquí, seguro que tienes un buen puñado de malestares. Algunos os atravesarán a quienes acostumbráis a habitar el espacio y, es muy probable, que otros expliquen por qué no están las ausentes. Pues bien, ahora toca buscar estrategias para hacer nuestras moradas más moradas. Algunas cosas pasan por el trabajo individual, otras por pequeños cambios y, de seguro, algunas necesitarán recursos que no tenemos. Por eso es importante utilizar la mente colmena y agilizar mucho, mucho la imaginación.
Por ejemplo, tener barreras para que cualquier persona pueda acceder, moverse, permanecer o intervenir en un espacio es un fracaso de un sistema obsesionado con la norma y una deuda que tenemos que solventar. Incluso siendo un imperativo legal, las administraciones públicas no terminan de garantizar la accesibilidad por falta de recursos humanos, materiales, de tiempo o por puro desconocimiento. Y si no puede hacerlo un ayuntamiento, una escuela o el parlamento, ¡difícilmente vamos a lograrlo en la mayoría de espacios humildes! Sin embargo, tenemos que ser conscientes del problemón que supone e intentar eliminar las barreras, aunque sea con un montón de creatividad y alguna que otra vuelta:

ACCESO: Es importante contar con ascensores, puertas automáticas, rampas y demás recursos que aseguren la accesibilidad, pero no siempre se puede. Si no es así, reuníos en la plaza del pueblo; pedid a la asociación de vecinas que os preste una de sus salas accesibles; utilizad lo virtual, o ayudad a la persona a rebasar la barrera de acceso (¡ojo! ¡solo si quiere! ¡nada de abordar cuan elefante en la cacharrería!).

ESPACIO: Iluminad de forma adecuada para facilitar la visibilidad, pero sin que sea molesto. Utilizad asientos confortables y sillas amplias, robustas y sin brazos. Usad mesas con una altura cómoda. Aseguraos de que haya suficiente espacio entre el mobiliario para que cualquiera se pueda desplazar libremente por la sala. Apostad por baños mixtos y buscad fórmulas para que sean accesibles. Dejad espacios de respiro físico, para poder moverse y esparcirse. Cread espacios de respiro mental con algún lugar sin muchas luces, ruido o estímulos. Pensad en alternativas veganas (¡no hemos hablado del especismo!) y piensa en intolerancias, alergias y demás.

PARTICIPACIÓN: Preguntad y respetas cómo quiere ser nombrada cada quien (sea elle, sea diska). No seáis condescendientes ni infantilicéis (tampoco a la infancia). Dirigíos directamente a las personas y no con sus acompañantes. Utilizad el lenguaje inclusivo para todas, todes y todos. Bajo ningún concepto permitáis ningún tipo de violencia simbólica o verbal (chistes, comentarios, miradas) contra ninguna persona o colectivo. No presionéis a nadie para que intervenga, pero cread las condiciones para que lo haga. Buscad actividades y temáticas que apelen a todo el mundo y no a la gente de siempre (¡también hay que romper la falsa neutralidad cultural, ecológica, política, social…!). Cread espacios no mixtos para que los colectivos que lo necesiten puedan contar con un espacio seguro (y, por supuesto, escuchad sus interpelaciones).

COMUNICACIÓN: Evitad las actas-testamento. Utilizad cartelería grande y clara. Intentad crear los documentos (o, en su caso, versiones) en lenguaje fácil, en distintos idiomas que se utilicen en el espacio y buscad fórmulas para garantizar cualquier necesidad que detectéis (braille, doblaje, subtítulos). La tecnología cada vez ayuda más en estos temas, pero también puede ser una barrera, ¡tenedlo en cuenta! Intentad implicaros para ser un recurso humano, por ejemplo, en Euskal Herria contamos con la figura de la xuxurlari, una persona que va susurrando la traducción a quien no sabe (sabemos) euskera en las reuniones. Es muy interesante para extrapolarla a otros apoyos y conocimientos.

💜 ¡SI NO PUEDO BAILAR NO ES MI REVOLUCIÓN!
Esta frase tan célebre que se le atribuye a la anarquista Emma Goldman tiene mucho sentido cuando hablamos de cuerpos. Así que os invitamos a practicar un activismo desde la alegría, los afectos, los apegos y ¡el baile! Y, para ello, os volvemos a remitir a ese biosindicalismo de los territorios domésticos para hacer bioactivismo y bioparticipación desde los territorios públicos.

¡Descarga la guía completa aquí!

Disponible en castellano y en euskera

Ilustraciones: @Rosi.Agua


Subvenciones para proyectos de promoción de la igualdad de mujeres y hombres a
entidades sin ánimo de lucro de la Diputación Foral de Bizkaia

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