La isla corazón

¡Espacios corresponsables y de acogida!

Un abordaje feminista de la participación implica ir dirigiéndonos a espacios en los que el reparto del trabajo esté marcado por la corresponsabilidad y los cuidados pasen de la marginalidad a ocupar el lugar central. En otras palabras, tenemos que revisar toda nuestra cultura organizacional. O, lo que es lo mismo, ir más allá de las desigualdades más evidentes y examinarnos en profundidad. ¡Así que abramos las ventanas y empecemos a sacudir las alfombras de todo ese polvo patriarcal que se ha acumulado durante años sin darnos cuenta! Vayamos con algunas estrategias.


💜 PREGUNTAOS QUIÉN HACE QUÉ
No se pueden poner remedios si no identificamos los males. Así que no tengáis miedo de haceros preguntas en colectivo: ¿Cómo se reparten las tareas en los grupos de trabajo? ¿Hay actividades que solo hacen mujeres u hombres? ¿Valoramos por igual lo que hacen unas y otros? En Ecologías en Acción nos invitan a tratarnos con el Patriarcalitest, una herramienta para facilitar el análisis feminista del funcionamiento de los grupos.


💜 EL GÉNERO ACTÚA, PERO NO SIEMPRE SOLO
El género es un marcador fundamental en el reparto de tareas, pero no es el único ni actúa solo. Así que hagamos más compleja (¡y también más rica) esa pregunta de quién hace qué. ¿Nos encontramos algún otro eje de identidad que se enmaraña en la ejecución de una tarea (clase, edad, origen, trayectoria…)?
¿Suele hablar quien tiene más títulos académicos? ¿Todas las personas que hablan son blancas? ¿Tienen una funcionalidad normativa? ¿Siempre llevan la portavocía o se dirigen a lo público quienes se consideran con más atractivo físico? ¿Las personas que no cumplen estos parámetros se quedan en lo invisibilizado? ¿Las personas mayores se quedan fuera de cualquier tarea ligada a lo tecnológico y esperamos que las jóvenes se encarguen? ¿Son las de menos edad quienes cogen notas? ¿No escriben en las redes quienes tienen miedo de las faltas de ortografía? ¿Son las mujeres de clases trabajadoras o las migradas las que siempre traen comida o se ofrecen a ordenar la sala al final de las reuniones?


💜INTRODUCIR ROTACIONES
Dentro de lo posible, rotad las tareas. Esto puede ser difícil porque hay personas que no se atreven o no saben cómo. Por eso es muy importante que os apoyéis en el proceso para capacitaros/nos.


💜¡VISIBILIZA Y RECONOCE LO PRIVADO!
Liderar, tomar la palabra o proponer ideas son acciones que conllevan visibilidad. Otras, como la limpieza, la organización de lo cotidiano o la gestión de emociones, pasan desapercibidas. Así que poned en valor estas tareas que tienen que ver con lo reproductivo y lo afectivo. Recordad que no se hacen solas y que también conllevan habilidades, preparación, esfuerzo y dedicación.


💜EL ESPACIO TAMBIÉN SE CUIDA
Recuerda que el espacio no se mantiene solo. Nos encontramos, por un lado, los aspectos más físicos (mantenerlo limpio y recogido, colocar los muebles, regar las plantas…); y, por otro, el plano más inmaterial (el ambiente, los sonidos…). La ONG de Cooperación Mugarik Gabe nos habla de “espacios cuidadosos” y, entre otras muchas propuestas que nos regalan, nos invitan a pensar nuestro entorno organizativo (y, por extensión, participativo) desde los cinco sentidos. 


💜LOS CUIDADOS APELAN A TODO EL GRUPO
¡Atención, atención! Los cuidados no son cosa de mujeres. Sí, ya sabemos que lo sabes, pero quizás ha llegado el momento de grabarlo a fuego en los espacios que habitamos e incluso de tatuarlo en la propia piel. Convertid en mantra que atender a las necesidades afectivas, emocionales o físicas de las personas que nos acompañan (puntual o permanentemente) debe ser una tarea que apele a todo el mundo. Así que dedicad un tiempo compartido a preguntaros cómo estáis al inicio de las reuniones (¡y si os venís arriba, incluso al final!). No hace falta que tenga la duración de una terapia, pero sí que convirtáis en rutina el interés por el estado de las personas que componen el grupo.


💜DESVELAR LA FALSA NEUTRALIDAD
¿Echas en falta a los hombres en esos grupos de trabajo que llevan la etiqueta de feministas? ¿O en los espacios en los que se va a hablar de cuidados, de educación o temáticas sociales? ¿Las propuestas feministas aparecen al final de la agenda o bajo un epígrafe propio? Esto es un reflejo de que, en demasiadas ocasiones, nos olvidamos (se olvidan) de que los derechos de las mujeres también son derechos humanos. Parece que la economía, la seguridad o el urbanismo llevan la etiqueta de intereses generales, pero ¿promover espacios sin violencia e igualitarios no debería apelar a todas las personas que conforman un espacio colectivo? Desgraciadamente, en nuestra experiencia, nos sobran dedos de la mano (y en la mayoría de las ocasiones la mano entera) para contar a los hombres que se sienten apelados.


💜 ¡DADLE CALORCITO A LOS ESPACIOS!
Somos muchas las personas que hemos llegado a un sitio nuevo y nos hemos sentido fuera de lugar, moviéndonos sin saber dónde colocarnos, poniéndonos en una esquina y con un tembleque en el estómago cada vez que pensamos en opinar. Hacer sentir cómoda a la gente que llega no debería depender de la voluntad individual de alguien que se preocupa o que es más maja, sino que debe estar organizado y pensado para que el espacio sea acogedor y amable. Así que podéis crear un protocolo de bienvenida. No hace falta que sea un documento formal, pero buscad una forma de organizaros para que siempre haya una persona encargada (¡y no siempre la misma!) de acercarse a las caras nuevas.

✅RECIBIMIENTO INCLUSIVO. Recordad que es importante tratar a las personas como quieren ser tratadas (respeta sus pronombres, pregunta antes de ayudar a una persona con alguna discapacidad, etc) y si necesitan algo para estar más a gusto (¡siempre es mejor preguntar y no dar por hecho necesidades!).

TRANSPARENCIA. Dedicad unos minutos iniciales a explicar brevemente qué es el colectivo o el proyecto que se está desarrollando. Si ya hay unas normas que rigen el funcionamiento del espacio (cómo tomar la palabra, toma de decisiones por mayoría o consenso, acuerdos antiviolencia, etc.), siempre es bueno recordarlas para que no estén rodeadas de un aura de secretismo más propio de una secta que de un lugar para la participación colectiva. También es posible que, con el tiempo y la suma de personas, haya que replantear algunas cosas o, al menos, volver a dialogar sobre ellas porque han surgido nuevas necesidades (obviamente, siempre que sea para incluir más y mejor).

PRESENTACIÓN. Si no es un grupo muy grande, podemos presentarnos individualmente para romper el hielo. Ojo a las presentaciones individuales en las que tendemos a tirar de titulitis, que puede derivar en relaciones de poder en ese reparto de tareas en base al capital cultural o a la trayectoria militante.

¡DAR CALIDEZ A LO VIRTUAL! Adapta las recomendaciones anteriores a los espacios virtuales, lugares que pueden ser más inhóspitos y fríos que los presenciales.

💜 ¡LOS CONFLICTOS SE TRABAJAN EN COLECTIVO!
Sea por los roces del día a día, porque estamos abordando temas dolorosos, porque ideológicamente no compartimos posturas o porque nos llevamos mal, surgirán conflictos. ¡No pasa nada! Normalmente, entendemos el conflicto como algo negativo y que nos va a dividir, pero no tiene que ser así. Más bien al contrario, afrontarlos y trabajar las tensiones que vayan surgiendo nos ayuda a entender otras posturas y a enriquecer el colectivo.
En Mujer al borde del tiempo, la escritora Marge Pierce nos plantea la importancia de trabajar los conflictos personales en comunidad y que incluso esas rencillas entre dos personas afectan al funcionamiento grupal (¿te suena eso de que lo personal es político?).
Así que aprendamos de esta propuesta utópica y trabajamos los conflictos para construir unas bases de respeto, convivencia y buen rollo (que no tienen que traducirse en colegueo ni amistad). No se puede participar en buenas condiciones si el ambiente está cargado y vemos volar puñales invisibles. Y es fundamental para acompañar y no dejar solas a aquellas personas que se han atrevido a señalar situaciones de dominación y desigualdad. Así evitaremos banalizar los dolores por ser algo personal o particular.


💜 PERDER PRIVILEGIOS PUEDE SER DOLOROSO
En la búsqueda de nuevos horizontes habrá personas que se sientan perdidas y que no encuentren su espacio en esta forma de entender el entorno desde la diversidad. En el señalamiento de privilegios surgirán conflictos en el grupo. No es fácil entender que las cosas siempre se hicieron así pero no estaban bien hechas (o, al menos, no lo estaban para la mayoría de las personas que quedan fuera de la norma). No pasa nada. No los tapéis y abordarlos. Eso sí, siempre con diálogo, escucha activa y buenas dosis de empatía. Consideramos que la pedagogía es el camino, pero si alguien no es capaz de entender que tiene que callarse, escuchar a otras compañeras y coger la bayeta, quizás haya llegado el momento de señalar la puerta de salida.

¡Descarga la guía completa aquí!

Disponible en castellano y en euskera

Ilustraciones: @Rosi.Agua


Subvenciones para proyectos de promoción de la igualdad de mujeres y hombres a
entidades sin ánimo de lucro de la Diputación Foral de Bizkaia

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